Las obsesiones son pensamientos involuntarios, aparentemente incontrolables, imágenes o impulsos que ocurren una y otra vez en la mente. La persona no quiere tener estas ideas, pero no se puede detener.
Las compulsiones son comportamientos o rituales que la persona se siente impulsada a realizar una y otra vez en un intento de hacer desaparecer sus obsesiones. Por ejemplo, si se tiene miedo a la contaminación, es posible desarrollar elaborados rituales de limpieza pero como sea que transcurrido un tiempo éstos vuelven con mayor fuerza, el alivio nunca dura lo suficiente como para rebajar la ansiedad que producen instalándose entonces el círculo vicioso característico.
La mayoría de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) están comprendidas en una de las categorías siguientes:
-Miedo a la contaminación: por lo general tienen compulsiones de limpieza o lavado de manos.
-Comprobar las cosas (horno apagado, puerta cerrada con llave, etc) que se asocian con daño o peligro.
-Temor de causar daño a sí mismo o a los demás.
-Pensamientos intrusivos con imágenes sexualmente explícitas o violentas.
-Enfoque excesivo en las ideas religiosas o morales con temor a ser castigados.
-Necesidad de contar y ordenar: Están obsesionados con el orden y la simetría. Pueden tener supersticiones sobre ciertos números, colores u determinado orden.
-Acaparadores: Miedo de que algo malo va a pasar si tiran las cosas. Acumulan compulsivamente cosas que no necesita o no van a utilizar.
Sólo por el hecho de tener pensamientos obsesivos o realizar conductas compulsivas no significa que se padece el trastorno obsesivo-compulsivo. Estos pensamientos y comportamientos han de provocar un malestar tremendo, tomar mucho tiempo e interferir con las relaciones y la cotidianidad de la persona.
Para saber más: Trastorno Obsesivo Compulsivo.
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