Todo el mundo experimenta sentimientos de ansiedad y de pánico en ciertos momentos durante la vida ya que corresponde a una respuesta perfectamente natural y, en especial, cuando se está en una situación peligrosa o estresante. Sin embargo, para las personas con trastorno de pánico estos sentimientos de ansiedad, estrés y pánico se producen con regularidad y en cualquier momento.
Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca graves reacciones físicas. Los ataques de pánico pueden ser muy perturbadores. Cuando se producen ataques de pánico, la persona puede pensar que está perdiendo el control, sufrir un ataque al corazón o incluso hallarse en un proceso de muerte inminente, además de síntomas físicos como náuseas, sudoración, temblor y palpitaciones.
Muchas personas tienen sólo uno o dos ataques de pánico en su vida y el problema desaparece, tal vez cuando termina la situación estresante. Pero si se han experimentado ataques de pánico recurrentes e inesperados y largas temporadas en constante temor de otro ataque, es posible que se padezca un trastorno de pánico. El número de ataques dependerá de la gravedad del trastorno. Algunas personas pueden tener uno o dos ataques cada mes, mientras que otras pueden tener hasta varios ataques a la semana.
Se cree que el trastorno de pánico se debe probablemente a una combinación de factores físicos y psicológicos. Los dos tipos principales de tratamiento para el trastorno de pánico son la terapia psicológica y medicación.
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