-Reconocer los pensamientos intrusivos obsesivos. Por ejemplo, entrenarse para decir: «Yo no pienso o siento que mis manos estén sucias. Tengo una obsesión con que mis manos están sucias», o «no siento que tenga la necesidad de lavarme las manos”.
-Reatribuir: Darse cuenta de que la intensidad y la intromisión del pensamiento o impulso es causada por el Trastorno Obsesivo Compulsivo y que está probablemente relacionado con un desequilibrio bioquímico en el cerebro. Decirse a uno mismo: «Es mi TOC» y los pensamientos no tienen sentido, son falsos mensajes del cerebro”.
-Reenfocar: Trabajar en torno a los pensamientos del TOC y enfocar la atención en otra cosa, al menos por unos minutos. Decirse a uno mismo: «Estoy experimentando un síntoma del TOC. Tengo que hacer otra cosa».
-Revalorizar: No tomar el pensamiento como significativo en sí mismo. Decirse a uno mismo: «Esa es sólo mi absurda obsesión. No tiene ningún sentido. Es sólo mi cerebro. No hay necesidad de prestar atención a ella».
Es pues necesario recordar que uno no puede evitar que venga un pensamiento, pero sí está en nuestra capacidad no prestarle atención o sustituirlo con otro comportamiento.
Para saber más: Trastorno Obsesivo Compulsivo.
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